R.L.V
(O la nada que quedó de mí en aquellas tierras)
Como
a casi todas las cosas, a las gentes también se las entierra en vida.
Pocos
han de preguntarse qué ha sido de ella y sus miserias pues a ninguno, parecía importarle
demasiado su existencia.
Algunos dicen que se marchó lejos, aferrada al vacío irrenunciable de la soledad.
Otros aseguran que
él volvió por ella llevándosela a su propio infierno sin posibilidades ciertas
de poder comprar el boleto inexistente del regreso.
...Sin
embargo, aquellos que han sabido verla cuando la miraban aseveran que murió de olvido,
cuando comprendió que
al fin de cuentas, como todos los demás, ella, también era reemplazable.
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