lunes, 26 de septiembre de 2011



Mareas inconclusas de palabras eternamente perdidas en tus silencios, pútridas sensaciones que mi cuerpo no deja de emanar mojando tu piel con mi transpiración.
Estoy envuelta en el vaivén de tu vientre sobre el mío y sin embargo no puedo descubrir el pasaje a ese sitio en donde nuestras almas se funden bajo las sábanas… Cansada de esforzarme por respirar, lleno mis pulmones con el aire que exhalas sobre mi boca mientras tu voz mezcla puteadas y palabras de amor susurradas entre mis pechos turgentes por el reciente roce de tu lengua húmeda
Me pedís a gritos que lo diga, que lo jure…puedo escucharlo retumbar en mi cabeza taladrando mis neuronas agrietadas de tanto amarte. Sin embargo el placer puede más que mi cerebro, el néctar entre mis piernas escribe las letras que tus oídos necesitan encontrar, mientras abandona mi cuerpo untando tu sexo que me penetra más allá de las entrañas, en el sitio exacto en donde toda mi femenina existencia cobra sentido.
El éxtasis me invade, mis uñas se hunden en tu piel y mientras recito una y otra vez los gemidos inconsistentes que provocan tus manos solo puedo asegurarte algo…Existo

sábado, 5 de febrero de 2011




Puede


Quizás la lluvia caiga en Buenos Aires

Talvez encalle un barco en altamar,

O se mueran las hojas en verano

Del ciruelo de tu patio de atrás.


Quizás dejen de brillar las estrellas

Talvez el viento deje de soplar,

O se arrastren las aves en el cielo

Y remonten vuelo al caminar.


Quizás amanezca un lunes en la tarde

Talvez sean mudas las musas al cantar,

O florezcan en otoño las glicinas

Y sus raíces arraiguen en el mar.


Quizás pasen mil años de este día

Talvez el tiempo se detenga en el andar,

O dibujen en tu piel surcos de vida

Los minutos del reloj de tu portal.


Mas las noches sin luna en que provocas

Los gemidos de mi voz a tu compás,

Esos mismos que nacen de tus manos

Esos, vida mía...nunca morirán.

miércoles, 12 de enero de 2011


Soneto de mí

Si mi boca dibuja una sonrisa
que no refleja la forma de mi alma,
si mi calma desgasta las lágrimas
que trazan de mis labios las palabras...

Cómo el viento amontona los ocasos
cual dos gotas de rocío en la mañana,
ha de ser mi canto adormecido
la calandria posada en tu ventana.

Las fronteras de mi mundo son tus ojos claros.
Las farolas de mi noche negra son tus manos.
Los jirones de mi dicha son apenas ratos.

Te presiento amado mío en mi voraz desierto.
Te deleito corazón en mi presente incierto.
Y te pierdo cada día en que sin ti despierto.